La minería artesanal de diamantes como herramientapara el desarrollo de Sierra Leona

Alejandro González González


Sierra Leona tuvo una sangrienta guerra civil causada por diferentes factores como las rivalidades étnicas y la interferencia externa de Liberia, ambas alimentadas por el tráfico de los denominados diamantes de sangre. El documento base del Kimberley Process (KPCS) define los diamantes explotados durante conflictos como “diamantes en bruto usados por movimientos rebeldes u otros aliados para financiar conflictos armados destinados a socavar gobiernos legítimos”. El conflicto hizo que Sierra Leona se convirtiera en el país más pobre del mundo, por lo que la recuperación es todavía complicada tanto en términos económicos como sociales. El país aún es uno de los más pobres del mundo, ocupando la posición 180 sobre 187. Las heridas del conflicto aún están abiertas, especialmente debido al uso de niños soldado y a la explotación de diamantes de sangre.

Contexto histórico de Sierra Leona

Con el objetivo de detener el tráfico de diamantes y para ofrecer una oportunidad de desarrollo a los países con estos recursos, el Kimberley Process se negoció a nivel internacional. En el ámbito local, los siguientes gobiernos después de la guerra intentaron implementar medidas financieras y diversificar la economía del país para aportar estabilidad a este, pero obtuvieron pobres resultados. En este contexto, nos preguntamos si sería beneficioso para Sierra Leona invertir en la industria del diamante a nivel local para alimentar su economía y si fue realmente efectivo el Kimberley Process en el país. En este trabajo argumentamos que el país debería fortalecer su posición con respecto a la minería artesanal del diamante para sacar provecho de esta preciada materia prima y, por otro lado, pensamos que, aunque el KPCS constituyó un buen paso para la paz, necesita una revisión.

El control británico del territorio de la actual Sierra Leona comenzó en el siglo XVIII. Entonces, esclavos liberados del imperio fueron trasladados al país, produciendo importante cambio en la sociedad de Sierra Leona. Este cambio fue tanto demográfico como político puesto que los criollos se convirtieron en la élite del país. Esta mezcla de población conformó una pirámide con diferentes grupos étnicos. Los principales fueron los Mendes y los Temnes. Ambos representan sobre el 60% de la población total y mantienen rivalidades históricas. Otros grupos minoritarios que también tienen relevancia son los Limbas -8%- y los criollos -2%-.

Después de la independencia del país, el presidente que tomó el poder provenía de la etnia Mende. Este favoreció a su propio colectivo, desarrollando la desigualdad entre los diferentes grupos. Tras casi una década en esta situación, el APC, un partido político de raíces limba se hizo con el poder durante prácticamente 15 años. Durante esta presidencia, los diferentes grupos étnicos alcanzaron una inconmensurable equidistancia.

Con el estallido de la guerra civil en la vecina Liberia, Sierra Leona jugó un papel clave en la formación de un destacado militar internacional para evitar que Charles Taylor, líder rebelde, tomara Monrovia. Como consecuencia de esto, Taylor planeó la caída del APC para conseguir la retirada de las tropas internacionales. Así, fomento la creación del Frente Unido Revolucionario, dirigido por Foday Sankoh, de origen temne.

La guerra civil de Sierra Leona comenzó en el sur del país, pero se extendió a lo largo de todo el territorio. Durante casi diez años, la violencia devastó el país en un contexto de profunda inestabilidad. La subida al poder de Taylor en Liberia en 1997 fortaleció al Frente Unido Revolucionario a través del tráfico de diamantes, conocidos como diamantes de sangre, entre ambos. La venta de diamantes dio más resistencia y poder a los rebeldes, que no contaban con los mismos medios de que los gobiernos. De este modo, los el tráfico ilegal prolongó el conflicto. La lucha por los depósitos de diamantes causó más de 50.000 muertes, además del desplazamiento de decenas de miles de personas. Asimismo, también hubo niños soldados, que fueron explotados en las minas de diamantes, y los rebeldes usaron tácticas de terror como la amputación de manos y brazos entre los civiles.

En 1999 se firmó la Paz de Lomé: el Gobierno y el Frente Unido Revolucionario acordaron una hoja de ruta que incluía el cese de hostilidades y el reparto del poder. Sin embargo, los rebeldes no cumplieron con el acuerdo y rápidamente volvieron a la lucha armada. Con esta situación, tropas británicas desplegaron una operación de larga escala que supuso el punto final para los rebeldes en el año 2000.

Al mismo tiempo, la comunidad internacional negoció el Kimberley Process Certification Scheme (KPCS), que se implementó en 2003. Este marco buscaba “eliminar la presencia de diamantes de conflicto en la cadena de producción, exportación e importación de diamantes en bruto” entre los países participantes. Bajo el KPCS, cualquier envío de diamantes debía ir acompañado de un certificado. Ahora, Sierra Leona necesita fortalecer su modelo económico a través del empoderamiento de la minería artesanal de diamantes, también para cerrar las heridas del periodo de guerra. El camino hacia el desarrollo ya se ha iniciado por ejemplo, con acciones como la construcción de nuevas carreteras y la llegada de la electricidad a las grandes ciudades.

Discusión

Como dijo el expresidente del país en 2003 “la limpieza de la industria del diamante es necesaria para asegurar que este valioso material beneficia a la población del país y que las mezquinas prácticas asociadas a la minería y venta de los diamantes quedan definitivamente eliminadas”.

Aunque algunos autores argumentan que favorecer la minería de diamantes en países con la “maldición de los recursos” es un error, otros sugieren que la estereotípica visión de los impactos negativos de la minería del diamante está lejos de representar una certera imagen de la realidad. Creemos que, en el caso de Sierra Leona, esta actividad puede llevar a un fortalecimiento de la economía y una primera aproximación hacia la resolución de los conflictos sociales entre los grupos éticos y para la gente que sufrió las consecuencias de la explotación ilegal de diamantes para financiar la guerra. La minería artesanal puede llevar al país hacia el desarrollo. De hecho, algunos observadores han comentado el impacto de la contribución de los diamantes para la construcción de infraestructuras de Sierra Leona. Sin embargo, Le Billon y Levin puntualizan la importancia de establecer medidas locales de forma anterior para después observar la contribución de esta actividad para el desarrollo .

Sierra Leona sigue teniendo mercados financieros infradesarrollados, con las consiguientes limitaciones en la movilización de los recursos y el estancamiento del crecimiento económico. Ante esto se intentaron desarrollar reformas políticas y financieras durante los 90 pero las reformas no pudieron detener los abusos de poder por parte de las autoridades nacionales y locales. Como consecuencia, los fondos de desarrollo estuvieron sesgados por los intereses personales de los jefes locales. Además, “el proyecto de gobernanza democrática para la minería artesana del diamante fue reemplazado por otro orientado a la industrialización, impulsada por la élite con beneficios fiscales cuestionables para el Estado” 19 . Por consiguiente, estas medidas no fueron suficientes para estimular la inversión privada y el crecimiento económico20 . De hecho, de acuerdo al FMI, el crecimiento real del PIB cayó a una media de -4.5% cada año entre 1990 y el año 2000 . Desde esta fecha, el país experimenta un importante pico de crecimiento en 2002, pero los siguientes años el crecimiento fue tímido y volvió a decaer en 2015 como consecuencia de la inestabilidad general del país en ámbitos como el político, el institucional o el económico . Una investigación realizada por Kargbo y Adamu muestra que el desarrollo financiero alimentó el crecimiento económico a través del aumento de la inversión. Además, Le Billon y Levin explican que “el afán del gobierno para aumentar la inversión extranjera, mejoró el retorno fiscal, limitó la corrupción y legitimó la industrialización”. Por estas razones, las reformas financieras son necesarias tanto a nivel micro como macro para empoderar a la población local y, al mismo tiempo, dar confianza a la inversión extranjera. De no ser así, si el crecimiento económico no es percibido en el ámbito local, este perjudicará las prácticas artesanales de extraer diamantes en favor de los métodos industriales.

En el mismo sentido, Le Billon y Levin argumentan que un mayor conocimiento sobre seguridad, que incluiría derechos humanos y calidad de vida local, es necesario para impulsar el sector minero artesanal. También consideran que los intentos de fomentar la industrialización a expensas del empoderamiento de los esfuerzos locales, puede promover la corrupción y la falta de transparencia . Aunque consideran que la industrialización debe ocupar un lugar en el sector de los diamantes de países afectados por conflictos, apuestan por reforzar el desarrollo de la industria artesanal para hacer frente a las necesidades de la depauperada población local y aprovechar el potencial de las comunidades en la explotación del diamante.

Si queremos alcanzar el desarrollo sostenible y democrático del país, las futuras políticas deben estar basadas en una detallada comprensión de las relaciones entre la minería del diamante y el desarrollo rural. En este sentido, algunos autores han estudiado el impacto de la minería artesanal en comunidades locales y han observado excelentes resultados de fortalecimiento del sector agrícola e índices superiores de vida social y en comunidad entre la población local que sufrió los horrores del tráfico de diamantes. Un estudio llevado a cabo en los 70 por Binns demostró que los lazos entre los sectores agrícolas y mineros fueron beneficiosos para ambos y, por tanto, para los intereses nacionales de Sierra Leona. De acuerdo al estudio, las comunidades produjeron mayores cantidades de cultivos alimentarios para la venta a la población minera, de modo que pudieron reinvertir esos ingresos en sus hogares, familias y en la expansión a cultivos comerciales como el café, el cacao o los cítricos Un estudio posterior, desarrollado en 2004 por Maconachie y Binns, mostraba que muchos ciudadanos locales “sintieron que la minería del diamante ofrecía una vía de esperanza para financiar la reconstrucción de sus medios de vida” . Además, el refuerzo del sector minero artesanal podría ser una Buena solución para que la población local olvidara el horror de la guerra. Maconachie explica que la Vuelta de gente joven a sus pueblos de origen ayudará a resurgir la cooperación comunitaria en el país proveyendo “una base más duradera, sostenible y democrática en los próximos años”. De hecho, la minería artesanal es uno de los que más emplea en el país, creando un puesto de trabajo por cada 200.000 personas.

Con respecto al Kimberley Process, aunque está claro de que no ha sido una política perfecta, hay que reconocer que el sistema ha sido exitoso en la reducción del comercio de diamantes de sangre. Resultados de 2006 muestran que más del 99% de los diamantes en bruto en circulación estaban certificados y provenían de fuentes ajenas al conflicto. Además, otros análisis muestran que el 99.8% de las exportaciones de los diamantes en bruto mundiales provienen de miembros del Kimberley Process. Ian Smillie estima que solo entre el 5% y el 10% de los diamantes mundiales son comerciados ilegalmente comparando con el 25% anterior a 200331 y hay autores que consideran que esta cifra es incluso inferior descendiendo hasta el 4% en 2009 gracias a la implementación de este programa.

A pesar de esto, la definición no tiene en cuenta los diamantes comerciados por parte de los gobiernos a través de vías corruptas al no ser considerados grupos rebeldes. En ese sentido, es necesario cambiar la definición de diamantes de sangre para incluir también a los gobiernos que también trafican ilegalmente con ellos. Por otro lado, Le Billon y Levin proponen que el KPCS también debería “ayudar a aumentar los ingresos de los mineros artesanos a través de la promoción de estándares y certificados de ‘comercio justo’ y ayudando reestructurar la industria para redireccionar algunos de los beneficios producidos a lo largo de la cadena de valor hacia las comunidades locales” . Asimismo, Maconachie y Binns denuncian que el KPCS hizo “poco para abordar la pobreza y las condiciones laborales a las que los mineros artesanales tienen que enfrentarse diariamente”, por lo que un proceso más comprometido con la subsistencia local también es necesario.

Conclusiones

La promoción de la minería artesanal del diamante en Sierra Leona produciría tanto beneficios económicos como sociales, puesto que el empoderamiento del sector aumentaría la transparencia y, entonces, también una rentabilidad de los recursos más compartida entre todos. Sin embargo, algunos pasos son necesarios para generar un terreno próspero para el sector. Por ejemplo, las economías locales y las compañías industriales deberían estar más integradas y sería aconsejable desarrollar reformas financieras.

En términos económicos, sería importante mejorar el acceso rural a lo financiero a través de microcréditos para potenciar a la población y al sector artesanal, así como al agrícola. A largo plazo, existe la necesidad de aumentar la resiliencia del sistema financiero para estabilidad la economía del país y reforzar la transparencia de las transacciones con diamantes, creando un círculo de estabilidad en el que los niveles micro y macro contribuyen a toda la cadena de desarrollo.

Además, aunque los esfuerzos deberían estar destinados a ayudar a las comunidades relacionadas con la minería artesanal para que puedan también reorientarse hacia otros sectores económicos, la minería artesanal también se ha mostrado como una buena forma de empoderar a la población local y a la economía sierraleonesa. A nivel internacional, aunque está claro que el Kimberley Process no ha sido una política perfecta, debemos reconocer que el sistema ha sido exitoso en la reducción del comercio de diamantes de sangre. Sin embargo, es necesario modificar la definición de este producto comercial para incluir también a los gobiernos que trafican ilegalmente y orientarlo hacia un marco en el que haya un mayor compromiso hacia el fortalecimiento del sector artesanal y como soporte de las difíciles condiciones de vida de muchos habitantes del país.

En conclusión, Sierra Leona tiene oportunidades para el crecimiento. Las nuevas carreteras de las que dispone el país, así como el acceso a la electricidad en las principales ciudades, ayudan a fomentar el progreso del país para el futuro. Hasta que el país no entienda que los diamantes son una muy buena fuente para el desarrollo, estos seguirán causando controversias e impedirá cerrar heridas. Sin embargo, si Sierra Leona empodera a sus comunidades locales y refuerza la minería artesanal, podrá comenzar a revertir su “maldición de los recursos”.


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