La minería artesanal de diamantes como herramientapara el desarrollo de Sierra Leona

Alejandro González González


Sierra Leona tuvo una sangrienta guerra civil causada por diferentes factores como las rivalidades étnicas y la interferencia externa de Liberia, ambas alimentadas por el tráfico de los denominados diamantes de sangre. El documento base del Kimberley Process (KPCS) define los diamantes explotados durante conflictos como “diamantes en bruto usados por movimientos rebeldes u otros aliados para financiar conflictos armados destinados a socavar gobiernos legítimos”. El conflicto hizo que Sierra Leona se convirtiera en el país más pobre del mundo, por lo que la recuperación es todavía complicada tanto en términos económicos como sociales. El país aún es uno de los más pobres del mundo, ocupando la posición 180 sobre 187. Las heridas del conflicto aún están abiertas, especialmente debido al uso de niños soldado y a la explotación de diamantes de sangre.

Contexto histórico de Sierra Leona

Con el objetivo de detener el tráfico de diamantes y para ofrecer una oportunidad de desarrollo a los países con estos recursos, el Kimberley Process se negoció a nivel internacional. En el ámbito local, los siguientes gobiernos después de la guerra intentaron implementar medidas financieras y diversificar la economía del país para aportar estabilidad a este, pero obtuvieron pobres resultados. En este contexto, nos preguntamos si sería beneficioso para Sierra Leona invertir en la industria del diamante a nivel local para alimentar su economía y si fue realmente efectivo el Kimberley Process en el país. En este trabajo argumentamos que el país debería fortalecer su posición con respecto a la minería artesanal del diamante para sacar provecho de esta preciada materia prima y, por otro lado, pensamos que, aunque el KPCS constituyó un buen paso para la paz, necesita una revisión.

El control británico del territorio de la actual Sierra Leona comenzó en el siglo XVIII. Entonces, esclavos liberados del imperio fueron trasladados al país, produciendo importante cambio en la sociedad de Sierra Leona. Este cambio fue tanto demográfico como político puesto que los criollos se convirtieron en la élite del país. Esta mezcla de población conformó una pirámide con diferentes grupos étnicos. Los principales fueron los Mendes y los Temnes. Ambos representan sobre el 60% de la población total y mantienen rivalidades históricas. Otros grupos minoritarios que también tienen relevancia son los Limbas -8%- y los criollos -2%-.

Después de la independencia del país, el presidente que tomó el poder provenía de la etnia Mende. Este favoreció a su propio colectivo, desarrollando la desigualdad entre los diferentes grupos. Tras casi una década en esta situación, el APC, un partido político de raíces limba se hizo con el poder durante prácticamente 15 años. Durante esta presidencia, los diferentes grupos étnicos alcanzaron una inconmensurable equidistancia.

Con el estallido de la guerra civil en la vecina Liberia, Sierra Leona jugó un papel clave en la formación de un destacado militar internacional para evitar que Charles Taylor, líder rebelde, tomara Monrovia. Como consecuencia de esto, Taylor planeó la caída del APC para conseguir la retirada de las tropas internacionales. Así, fomento la creación del Frente Unido Revolucionario, dirigido por Foday Sankoh, de origen temne.

La guerra civil de Sierra Leona comenzó en el sur del país, pero se extendió a lo largo de todo el territorio. Durante casi diez años, la violencia devastó el país en un contexto de profunda inestabilidad. La subida al poder de Taylor en Liberia en 1997 fortaleció al Frente Unido Revolucionario a través del tráfico de diamantes, conocidos como diamantes de sangre, entre ambos. La venta de diamantes dio más resistencia y poder a los rebeldes, que no contaban con los mismos medios de que los gobiernos. De este modo, los el tráfico ilegal prolongó el conflicto. La lucha por los depósitos de diamantes causó más de 50.000 muertes, además del desplazamiento de decenas de miles de personas. Asimismo, también hubo niños soldados, que fueron explotados en las minas de diamantes, y los rebeldes usaron tácticas de terror como la amputación de manos y brazos entre los civiles.

En 1999 se firmó la Paz de Lomé: el Gobierno y el Frente Unido Revolucionario acordaron una hoja de ruta que incluía el cese de hostilidades y el reparto del poder. Sin embargo, los rebeldes no cumplieron con el acuerdo y rápidamente volvieron a la lucha armada. Con esta situación, tropas británicas desplegaron una operación de larga escala que supuso el punto final para los rebeldes en el año 2000.

Al mismo tiempo, la comunidad internacional negoció el Kimberley Process Certification Scheme (KPCS), que se implementó en 2003. Este marco buscaba “eliminar la presencia de diamantes de conflicto en la cadena de producción, exportación e importación de diamantes en bruto” entre los países participantes. Bajo el KPCS, cualquier envío de diamantes debía ir acompañado de un certificado. Ahora, Sierra Leona necesita fortalecer su modelo económico a través del empoderamiento de la minería artesanal de diamantes, también para cerrar las heridas del periodo de guerra. El camino hacia el desarrollo ya se ha iniciado por ejemplo, con acciones como la construcción de nuevas carreteras y la llegada de la electricidad a las grandes ciudades.

Discusión

Como dijo el expresidente del país en 2003 “la limpieza de la industria del diamante es necesaria para asegurar que este valioso material beneficia a la población del país y que las mezquinas prácticas asociadas a la minería y venta de los diamantes quedan definitivamente eliminadas”.

Aunque algunos autores argumentan que favorecer la minería de diamantes en países con la “maldición de los recursos” es un error, otros sugieren que la estereotípica visión de los impactos negativos de la minería del diamante está lejos de representar una certera imagen de la realidad. Creemos que, en el caso de Sierra Leona, esta actividad puede llevar a un fortalecimiento de la economía y una primera aproximación hacia la resolución de los conflictos sociales entre los grupos éticos y para la gente que sufrió las consecuencias de la explotación ilegal de diamantes para financiar la guerra. La minería artesanal puede llevar al país hacia el desarrollo. De hecho, algunos observadores han comentado el impacto de la contribución de los diamantes para la construcción de infraestructuras de Sierra Leona. Sin embargo, Le Billon y Levin puntualizan la importancia de establecer medidas locales de forma anterior para después observar la contribución de esta actividad para el desarrollo .

Sierra Leona sigue teniendo mercados financieros infradesarrollados, con las consiguientes limitaciones en la movilización de los recursos y el estancamiento del crecimiento económico. Ante esto se intentaron desarrollar reformas políticas y financieras durante los 90 pero las reformas no pudieron detener los abusos de poder por parte de las autoridades nacionales y locales. Como consecuencia, los fondos de desarrollo estuvieron sesgados por los intereses personales de los jefes locales. Además, “el proyecto de gobernanza democrática para la minería artesana del diamante fue reemplazado por otro orientado a la industrialización, impulsada por la élite con beneficios fiscales cuestionables para el Estado” 19 . Por consiguiente, estas medidas no fueron suficientes para estimular la inversión privada y el crecimiento económico20 . De hecho, de acuerdo al FMI, el crecimiento real del PIB cayó a una media de -4.5% cada año entre 1990 y el año 2000 . Desde esta fecha, el país experimenta un importante pico de crecimiento en 2002, pero los siguientes años el crecimiento fue tímido y volvió a decaer en 2015 como consecuencia de la inestabilidad general del país en ámbitos como el político, el institucional o el económico . Una investigación realizada por Kargbo y Adamu muestra que el desarrollo financiero alimentó el crecimiento económico a través del aumento de la inversión. Además, Le Billon y Levin explican que “el afán del gobierno para aumentar la inversión extranjera, mejoró el retorno fiscal, limitó la corrupción y legitimó la industrialización”. Por estas razones, las reformas financieras son necesarias tanto a nivel micro como macro para empoderar a la población local y, al mismo tiempo, dar confianza a la inversión extranjera. De no ser así, si el crecimiento económico no es percibido en el ámbito local, este perjudicará las prácticas artesanales de extraer diamantes en favor de los métodos industriales.

En el mismo sentido, Le Billon y Levin argumentan que un mayor conocimiento sobre seguridad, que incluiría derechos humanos y calidad de vida local, es necesario para impulsar el sector minero artesanal. También consideran que los intentos de fomentar la industrialización a expensas del empoderamiento de los esfuerzos locales, puede promover la corrupción y la falta de transparencia . Aunque consideran que la industrialización debe ocupar un lugar en el sector de los diamantes de países afectados por conflictos, apuestan por reforzar el desarrollo de la industria artesanal para hacer frente a las necesidades de la depauperada población local y aprovechar el potencial de las comunidades en la explotación del diamante.

Si queremos alcanzar el desarrollo sostenible y democrático del país, las futuras políticas deben estar basadas en una detallada comprensión de las relaciones entre la minería del diamante y el desarrollo rural. En este sentido, algunos autores han estudiado el impacto de la minería artesanal en comunidades locales y han observado excelentes resultados de fortalecimiento del sector agrícola e índices superiores de vida social y en comunidad entre la población local que sufrió los horrores del tráfico de diamantes. Un estudio llevado a cabo en los 70 por Binns demostró que los lazos entre los sectores agrícolas y mineros fueron beneficiosos para ambos y, por tanto, para los intereses nacionales de Sierra Leona. De acuerdo al estudio, las comunidades produjeron mayores cantidades de cultivos alimentarios para la venta a la población minera, de modo que pudieron reinvertir esos ingresos en sus hogares, familias y en la expansión a cultivos comerciales como el café, el cacao o los cítricos Un estudio posterior, desarrollado en 2004 por Maconachie y Binns, mostraba que muchos ciudadanos locales “sintieron que la minería del diamante ofrecía una vía de esperanza para financiar la reconstrucción de sus medios de vida” . Además, el refuerzo del sector minero artesanal podría ser una Buena solución para que la población local olvidara el horror de la guerra. Maconachie explica que la Vuelta de gente joven a sus pueblos de origen ayudará a resurgir la cooperación comunitaria en el país proveyendo “una base más duradera, sostenible y democrática en los próximos años”. De hecho, la minería artesanal es uno de los que más emplea en el país, creando un puesto de trabajo por cada 200.000 personas.

Con respecto al Kimberley Process, aunque está claro de que no ha sido una política perfecta, hay que reconocer que el sistema ha sido exitoso en la reducción del comercio de diamantes de sangre. Resultados de 2006 muestran que más del 99% de los diamantes en bruto en circulación estaban certificados y provenían de fuentes ajenas al conflicto. Además, otros análisis muestran que el 99.8% de las exportaciones de los diamantes en bruto mundiales provienen de miembros del Kimberley Process. Ian Smillie estima que solo entre el 5% y el 10% de los diamantes mundiales son comerciados ilegalmente comparando con el 25% anterior a 200331 y hay autores que consideran que esta cifra es incluso inferior descendiendo hasta el 4% en 2009 gracias a la implementación de este programa.

A pesar de esto, la definición no tiene en cuenta los diamantes comerciados por parte de los gobiernos a través de vías corruptas al no ser considerados grupos rebeldes. En ese sentido, es necesario cambiar la definición de diamantes de sangre para incluir también a los gobiernos que también trafican ilegalmente con ellos. Por otro lado, Le Billon y Levin proponen que el KPCS también debería “ayudar a aumentar los ingresos de los mineros artesanos a través de la promoción de estándares y certificados de ‘comercio justo’ y ayudando reestructurar la industria para redireccionar algunos de los beneficios producidos a lo largo de la cadena de valor hacia las comunidades locales” . Asimismo, Maconachie y Binns denuncian que el KPCS hizo “poco para abordar la pobreza y las condiciones laborales a las que los mineros artesanales tienen que enfrentarse diariamente”, por lo que un proceso más comprometido con la subsistencia local también es necesario.

Conclusiones

La promoción de la minería artesanal del diamante en Sierra Leona produciría tanto beneficios económicos como sociales, puesto que el empoderamiento del sector aumentaría la transparencia y, entonces, también una rentabilidad de los recursos más compartida entre todos. Sin embargo, algunos pasos son necesarios para generar un terreno próspero para el sector. Por ejemplo, las economías locales y las compañías industriales deberían estar más integradas y sería aconsejable desarrollar reformas financieras.

En términos económicos, sería importante mejorar el acceso rural a lo financiero a través de microcréditos para potenciar a la población y al sector artesanal, así como al agrícola. A largo plazo, existe la necesidad de aumentar la resiliencia del sistema financiero para estabilidad la economía del país y reforzar la transparencia de las transacciones con diamantes, creando un círculo de estabilidad en el que los niveles micro y macro contribuyen a toda la cadena de desarrollo.

Además, aunque los esfuerzos deberían estar destinados a ayudar a las comunidades relacionadas con la minería artesanal para que puedan también reorientarse hacia otros sectores económicos, la minería artesanal también se ha mostrado como una buena forma de empoderar a la población local y a la economía sierraleonesa. A nivel internacional, aunque está claro que el Kimberley Process no ha sido una política perfecta, debemos reconocer que el sistema ha sido exitoso en la reducción del comercio de diamantes de sangre. Sin embargo, es necesario modificar la definición de este producto comercial para incluir también a los gobiernos que trafican ilegalmente y orientarlo hacia un marco en el que haya un mayor compromiso hacia el fortalecimiento del sector artesanal y como soporte de las difíciles condiciones de vida de muchos habitantes del país.

En conclusión, Sierra Leona tiene oportunidades para el crecimiento. Las nuevas carreteras de las que dispone el país, así como el acceso a la electricidad en las principales ciudades, ayudan a fomentar el progreso del país para el futuro. Hasta que el país no entienda que los diamantes son una muy buena fuente para el desarrollo, estos seguirán causando controversias e impedirá cerrar heridas. Sin embargo, si Sierra Leona empodera a sus comunidades locales y refuerza la minería artesanal, podrá comenzar a revertir su “maldición de los recursos”.


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Una banda sonora para las elecciones de Uganda de 2021

César Bonilla Muñoz

“¿Cómo puedo ser un extranjero en África?” Esta es la pregunta que resuena en el último tema del ugandés Bobi Wine, Xenophobia, estrenado junto a su compañero de escenario, Nubian Li, el pasado 30 de abril de 2021. Con él, ambos músicos critican un continente que sigue marcado por las fronteras de la conferencia de Berlín y aún se comporta como una herramienta colonial más en el escenario internacional. Ante esto, Bobi Wine y Nubian Li aportan una solución clara: la unidad africana.

“Cambia. Unámonos. Fíjate: somos uno. Tenemos que cuidarnos los unos a los otros.” Con estas palabras, Bobi Wine pretende despertar a una población africana que, aún estando dormida, se ha olvidado de perseguir el sueño de la democracia. “Me alegro por países como Ghana, Sudáfrica y Botswana, que gobiernan bajo el abrigo de la democracia. Sin embargo, en otros como Uganda, donde la democracia es una mera ilusión, empoderar al pueblo es un deber. Por eso, animo a las juventudes africanas a involucrarse en la política de su nación, a participar en las elecciones y a movilizar a sus iguales; porque sólo así descubrirán que la política es un recurso creado en su beneficio.”, declara el artista en una entrevista con un medio alemán.

Predicando con el ejemplo, Bobi Wine, que se define en su cuenta de Twitter como “un chaval de suburbio que tiene algo que decir a través de la música”, se subió al tren de la política en 2017. Su gran influencia popular le proyectó a la victoria en las elecciones parciales para el distrito este del condado de Kyadondo, ganando con un amplio margen a los candidatos de Movimiento de Resistencia Nacional (NRM), que gobierna el país desde 1986, y de Foro para el Cambio Democrático (FCD).

No fue hasta las elecciones primarias de Arua, en 2018, que Robert Kyagulanyi, más conocido por su nombre artístico, alcanzó fama internacional. En ellas, el artista y político ugandés apoyaba a Kassiano Wadri, aspirante que finalmente se alzó victorioso en las urnas. Este nuevo éxito no fue celebrado por el gobierno ugandés. Lejos de ello, Museveni, actual presidente del país, decidió encarcelar a Bobi Wine y tachar su creciente popularidad de peligro para la seguridad nacional. Todo ello derivó en el estallido de tumultuosas protestas en Kampala y la conversión del hashtag #FreeBobiWine en un himno en redes sociales.

Tampoco este año 2021 ha sido fácil para Wine. El artista decidió presentarse a las elecciones generales como candidato de la Plataforma por la Unidad Nacional (NUP en inglés). Respaldado mayoritariamente por una juventud ugandesa frustrada por la mala gestión del NRM de los recursos del país, Bobi Wine se alzaba como un prometedor aspirante para derrocar a Yoweri Museveni de su crónico puesto de Presidente. Sin embargo, el proceso pre-electoral no estuvo libre de contrariedades. Las protestas que cubrieron las calles del país en denuncia de la transición del gobierno de Museveni hacia un régimen autocrático, como el que se instaló en Uganda con el dictador Idi Amin, fueron brutalmente acalladas por las fuerzas del Estado, cobrándose las vidas de más de 300 civiles. Asimismo, Bobi Wine denunciaba desde su arresto domiciliario el pasado 11 de abril “la desaparición, tortura y detención arbitraria de 623 miembros y simpatizantes de su partido”.

El 14 de enero de 2021, NUP tan sólo alcanzó el 35% de los votos en unas elecciones tachadas de fraudulentas por el líder de la oposición. A pesar de la derrota en las urnas, Bobi Wine argumenta que “sus ambiciones no eran únicamente la Presidencia, sino destapar la corrupción del régimen que actualmente gobierna el país”. “El mundo veía a Museveni como un demócrata. Nosotros hemos sido capaces de mostrar el tipo de persona que dirige esta nación”, declaraba Kyagulanyi, que ya ha demandado la investigación por parte del Tribunal Penal Internacional de la situación política ugandesa.

Contexto histórico-político de Uganda: la era Musevini

Uganda alcanzó la independencia en 1962, tras 68 años de dominio británico. Los primeros pasos de la joven nación estuvieron marcados por conflictos heredados de la división territorial colonial del país. La sucesión de los regímenes de Milton Obote (1962-1971) e Idi Amin (1971-1979) derivaron en la desestructuración total de la economía y la vida social ugandesa, que alcanzó su máximo a principios de los años ochenta. El tinte dictatorial de dichos gobiernos, el acoso a la población civil –se calcula que medio millón de personas fueron asesinadas bajo la administración de Idi Amin-, y la profunda inestabilidad política derivaron en el estallido de una guerra civil en Uganda en el año 1981.

La guerra llegó a su fin en 1986 con la subida de un joven Yoweri Museveni al poder. Museveni se encontró una Uganda totalmente destruida por los estragos que el conflicto
armado había dejado en el país. No obstante, a principios del siglo XXI, Uganda ya daba muestras de una clara recuperación con respecto a su turbulento pasado. Las políticas de liberalización económica llevadas a cabo por el NRM permitieron a la nación alcanzar un cierto nivel de estabilidad económica gracias a la ayuda de la inversión extranjera. Igualmente, la redacción de la Constitución de 1995, donde se prometían derechos individuales y la separación de poderes, junto a la desarticulación de las disputas armadas en prácticamente la totalidad del país simbolizó la integración de Uganda en el camino de la paz y la democracia.

No obstante, en la práctica, la situación ugandesa no es tan prometedora. A pesar de su reciente crecimiento económico, Uganda es dependiente del capital de países occidentales y se sitúa entre una de las primeras naciones con mayor deuda externa de todo el continente. La riqueza tampoco se ha distribuido de manera equitativa: el norte de Uganda persiste sumido en la pobreza y una violencia brutal perpetrada por el grupo terrorista Lord’s Resistance Army (LRA).

En cuestiones democráticas, la visión de Museveni quedó clara con la instauración en 1995, a través de la Constitución ya mencionada, de un sistema político que rechaza la existencia de partidos y reconoce una única organización política de la que todos los ugandeses forman parte: el NRM. El polémico artículo 269 de esta añadía la prohibición de “llevar a cabo cualquier tipo de actividad que pudiera interferir con el NRM”; lo cual, básicamente, prohibía el derecho de asociación en Uganda e imposibilitaba las campañas de otras potenciales fuerzas políticas de la nación.

Presentándose como candidato independiente, Kizza Besigye protagonizó el primer escándalo electoral de la Administración Museveni en las elecciones generales de 2001. El aspirante a la Presidencia del país se vio obligado a exiliarse de Uganda tras desoír la norma 269 y desplegar una campaña pre-electoral marcada por la violencia y las intimidaciones del gobierno. A pesar de la derrota de Besigye, que acumuló un 28% de los votos, la tensión de las votaciones atrajo la mirada internacional y forzó a Museveni a realizar un referéndum en el que la mayoría ugandesa decidió instaurar el multipartidismo en la nación en 2006.

Aun así, este nuevo sistema no se ha traducido en unas elecciones más libres. En todos los comicios celebrados desde entonces, las votaciones han sido tachadas de fraudulentas
y la oposición ha denunciado las amenazas recibidas por el gobierno de Museveni, que el pasado 2021 cumplió 35 años en el poder de Uganda.

Las elecciones de 2011. Un ejemplo de discreción

En 2011 todo apuntaba a la caída en picado de la popularidad del gobierno de Museveni y su derrota en las elecciones. Las revueltas en Túnez y Egipto llevaron el espíritu de la Primavera Árabe a la conocida como “perla de África” y el caso de Costa de Marfil, sumido en las consecuencias de unas tensas elecciones en 2010, hizo cuestionarse a las potencias del continente su concepto de democracia.

El contexto nacional tampoco parecía favorecedor para el Presidente ugandés. El año se abría con las protestas pacíficas por la dramática subida del precio del petróleo en el país, directamente relacionada con los desmesurados gastos del gobierno para costear la campaña electoral de Museveni. Igualmente, había salido a la luz la implicación del Jefe de Estado en la desaparición de más de 1 millón de dólares de fondos públicos destinados a la organización de la Reunión de Jefes de Gobierno de la Commonwealth de 2007. Por último, el intento de restar autonomías al reino de Buganda, la autoridad tradicional más importante de la nación e institución étnico-cultural a la que pertenece el 17% de la población ugandesa, no fue bien recibido y derivó en violentos disturbios, que acabaron con el incendio de la Tumba de los reyes de Buganda en Kasubi en marzo de 2010.

Ante esta serie de desaciertos por parte de Museveni, la oposición se frotaba las manos, augurando unos prometedores resultados que, finalmente, nunca llegaron. Besigye, de vuelta de su exilio en Sudáfrica, volvió a presentarse candidato a la Presidencia de Uganda en 2011. De nuevo, el aspirante fue derrotado por Museveni en las urnas, incluso con un margen mayor que en años anteriores.

¿Cómo fue posible que ante la pérdida del voto de la población baganda y los escándalos de corrupción Museveni siguiera en el poder? Sencillamente, siguiendo la estrategia de adaptarse o morir. A sabiendas de las tendencias democratizadoras globales y temiendo un episodio similar a la caída de Hosni Mubarak en Egipto, Museveni optó por la moderación. La violencia y los excesos de autoridad del Presidente de Uganda en las elecciones previas habían sido sonados a escala internacional. Sin embargo, en 2011 lo último que el líder del NRM buscaba era llamar la atención.

Museveni decidió relegarse a un discreto segundo plano en su propia campaña electoral, otorgando el protagonismo a las Fuerzas Armadas de la nación, donde contaba con un gran apoyo, y prestando una tolerancia inconcebible a las campañas de la oposición. La presencia militar se hizo cada vez más tangible en las calles de Kampala, donde muchos altos cargos del Ejército ugandés se permitieron afirmar que no aceptarían otro Presidente que no fuera Museveni. Paulatinamente, las milicias del Estado también se comenzaron a abrir paso en el abnegado norte de Uganda, donde Museveni comenzó a ganar popularidad. Todo esto, sumado al estricto control de las telecomunicaciones por parte del Estado los días previos a la votación, hizo que Museveni pudiera soslayar los numerosos reveses de 2011 y volviera a alzarse Presidente con cerca de un 70% de los votos.

Las elecciones de 2021, Bobi Wine y el futuro de Uganda

Las elecciones de 2021, al igual que las acontecidas diez años antes, pese a proclamar vientos de revolución, no han conseguido materializarse en un cambio verdadero para Uganda. La historia parece repetirse: una oposición tan prometedora como reprimida por el Gobierno, unos comicios tildados de fraudulentos y la victoria final de Museveni en las urnas.

No obstante, en esta ocasión la violencia post-electoral ha sido desmesurada. Tanto, que Naciones Unidas decidió tomar cartas en el asunto el pasado abril de 2021 y enviar un comunicado al Gobierno ugandés con el que pretendía dar fin al acoso sufrido por la oposición. En este se insta a las autoridades ugandesas a investigar y procesar de forma inmediata y exhaustiva todas las violaciones de derechos humanos, incluidas las denuncias de ejecuciones extrajudiciales, detenciones y encarcelamientos arbitrarios; las desapariciones forzadas, torturas y malos tratos; la privación de las debidas garantías procesales; y los atentados contra la libertad de expresión y de reunión pacífica. «El recorte de la libertad de prensa y de los medios de comunicación, la intimidación, los malos tratos y las agresiones a los periodistas que cubren las elecciones, y especialmente a los de la oposición, es sencillamente inaceptable. El Gobierno debe ofrecer soluciones inmediatas y reparación a todas las víctimas», afirmaban los expertos de la organización.

A pesar del aviso de Naciones Unidas y de las insistentes demandas de Bobi Wine de invalidar el resultado de las elecciones, el 12 de mayo de este año Museveni juró su sexto
mandato en una ceremonia de investidura a la que acudieron 4300 invitados, entre ellos la presidenta tanzana, Samia Suluhu Hassan y su homóloga etíope, Sahle-Work Zewde.

Con este juramento, el Jefe de Estado ugandés pone punto y final a las definidas por Wine como “las elecciones más fraudulentas de la historia del país”. A pesar de esto, el músico y líder opositor parece optimista: “Sabemos que los dictadores no abandonan el poder por arte de magia. Sólo hace falta echar un vistazo a la Historia. Podemos ver cuánto tiempo y cuánto esfuerzo supuso para los sudaneses deponer a Bashir o para los egipcios acabar con el régimen de Hosni Mubarak. Mirando esos ejemplos, revivo las palabras de Mandela: todo parece imposible hasta que se consigue.”

Quizás Bobi Wine tenga razón y sólo se requiera tiempo y esfuerzo para que la democracia logre llegar a territorio ugandés. Sin embargo, el país parece llevar más de 30 años condenado a la ley del eterno retorno. ¿Será Bobi Wine quien acabe con el longevo régimen de Museveni o seguirá la misma suerte que Kizza Besigye? Todo apunta que habremos de esperar a las próximas elecciones de la nación para descubrirlo.

Bibliografía

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  • Gilbert Muruli Khadiagala. (1999). Sowing the Mustard Seed: The Struggle for Freedom and Democracy in Uganda. 12/05/2021, de Washingtonpost.Newsweek Interactive.
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  • Angelo Izama, Michael Wilkerson. (2011). Uganda: Museveni’s Triumph and Weakness. 12/05/2021, de Project Muse
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  • DisplayNews. (2021). Uganda: UN experts extremely concerned at serious rights violations linked to general elections. 12/05/2021, de NACIONES UNIDAS. DERECHOS HUMANOS
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Emmanuel Macron ¿un cambio en la relación Francia-África?

Paula Barahona

15 de febrero de 2017. El entonces candidato presidencial Emmanuel Macron se encuentra de visita en Argelia. Allí decide conceder una entrevista a Khaled Drareni (tristemente de actualidad durante los últimos años por su injusta encarcelación), un referente del periodismo libre en el país. Tras una cuestión acerca del impacto de la colonización francesa en Argelia, Macron responde ‘la colonización forma parte de la historia francesa. Se trata de un crimen, un crimen contra la humanidad, una auténtica barbarie. Y forma parte de ese pasado que debemos mirar de cara y presentar nuestras excusas’. Otros responsables políticos franceses como Hollande o Sarkozy habían reconocido la injusticia del régimen colonial, con mayor o menor energía, pero nunca emitido unas palabras tan claras, y fieles a la realidad. Tres meses después, se convierte en presidente.

Desde los años 60, un término se encuentra ligado a la política exterior francesa: ‘Françafrique’ (especialmente durante gobiernos como el de Mitterrand). Este hace referencia a la relación neocolonial de Francia con sus ex colonias en términos económicos, políticos y culturales. Además de la presencia de redes paralelas que unen política y negocios. Inmerso en la campaña electoral, Macron indicaba en una entrevista al periódico Le Monde Afrique que era de interés para Francia la escritura de una nueva página en la relación con África. También afirmaba la necesidad de defender el respeto a los principios democráticos africanos, sostener la Unión Africana y escuchar a la sociedad civil y la juventud. Precisamente fue en noviembre del 2017, durante sus primeros meses de gobierno, cuando pronunció un discurso dirigido a esta juventud africana en la Universidad de Ouagadougou. Remarcando propósitos como la ruptura con sus predecesores, el distanciamiento de la Françafrique y la búsqueda de nuevas relaciones francoafricanas lejos de la injerencia. Buscando dibujar una nueva imagen de África y convencer a una juventud africana crítica con Francia.

Abril del año 2021. Tras todos los discursos, entrevistas e ideas sobre el papel, ¿cuál es el balance 4 años después de la política de Macron respecto al continente africano? En los siguientes puntos, se intenta poner luz sobre algunos de las iniciativas y momentos más relevantes de la relación Francia – África de la mano de Macron durante estos años. ¿Ha supuesto este mandato un cambio real en la relación francoafricana? ¿Hacia qué dirección? ¿O se trata de medidas cosméticas? ¿Estamos ante el fin de la Françafrique o todo lo contrario?

El Franco CFA

Durante una visita de Macron en diciembre del 2019 a Costa de Marfil, se acordó y anunció el fin de franco CFA de África Occidental. Aunque esto pudo suponer una ‘sorpresa’ para una parte de la población, no lo fue para gran cantidad de ciudadanos de 8 países de África occidental (pertenecientes a la UEMOA – Unión Económica y Monetaria de África Occidental) que venían reclamando su final desde hace décadas. Impuesto en 1945 por decreto en las colonias de África Occidental, este vestigio colonial era criticado al perpetuar el control económico francés sobre sus ex colonias. Facilitando la actuación de empresas francesas en el continente, pero obstaculizando el desarrollo de industrias autóctonas. El 50% de las reservas se almacenaban en el Tesoro Francés, Francia poseía un representante en el Banco Central de África del Oeste y se aseguraba la paridad frente al euro. La nueva moneda conocida como Eco mantendrá este último punto, continuando ligada a la fluctuación del euro. Esta decisión divide a los defensores (baja inflación, estabilidad monetaria) y detractores (efectos negativos en las exportaciones y su capacidad competitiva, fuga de flujos financieros hacia Europa). Es importante no olvidar, que el franco CFA de África Central seguirá en uso.

La idea de una moneda común en África Occidental llamada Eco no fue creada a raíz del ascenso de Macron ni su decisión de poner fin al franco CFA. Desde la creación de la CEDEAO/ECOWAS (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) en 1975, surgió la idea de instaurar una moneda común en la región. La medida anunciada por Macron y Alassane Ouattara, solo afecta a 8 de15 estados de la CEDEAO: aquellos que pertenecen a la UEMOA. Países anglófonos con gran peso en la región como Nigeria y Ghana, no pertenecientes a este grupo y que tienen monedas nacionales propias ajenas al franco CFA, no se habrían tomado bien la decisión unilateral de la UEMOA de entrar en el Eco. O lo que sería ‘su propio Eco’, diferente al diseñado en el seno de la CEDAO, ya que países como Nigeria no están de acuerdo en depender del euro. Habrá que ver si estos países deciden unirse con sus vecinos en el marco de un Eco único y consensuado. La entrada en vigor del Eco de los ex países con franco CFA, tenía por fecha inicial el 2020. La pandemia, la crisis económica y la falta de entendimiento entre países de la UEMOA y sus vecinos, solo ha servido para retrasar la entrada en vigor de esta moneda en suspenso. A esto se suma que el anuncio de Macron y Ouattara se llevó a cabo antes de crear un Banco Central, fabricar billetes, adaptar los sistemas informáticos…

¿Se trata de una medida con impacto real en la economía continental? ¿Modifica de raíz la relación económica neocolonial de Francia con el continente africano? ¿O es un cambio cosmético de cara a mejorar la imagen de Francia en el continente a la par que reforzar la imagen de líderes africanos frente a las protestas de su pueblo?

El caso de Argelia

Si hay una expresión usada por Macron en relación a África y la colonización, y especialmente en los últimos tiempos ligada a Argelia, es ‘la reconciliación de las memorias’. Persiguiendo este fin, Macron encargó al historiador Benjamin Stora en julio del 2020 un trabajo de reflexión de la memoria franco-argelina. Entre los objetivos perseguidos, lograr un acercamiento político con Argelia. No solo por la historia conjunta que los une, también debido al interés geopolítico del país (Libia, inmigración, Sahel, terrorismo). Buscando además apaciguar los ánimos de una población francesa y argelina cada vez más polarizada en cuanto a la memoria colonial. Mientras que el régimen argelino se sirve de guerra de independencia y la lucha por la liberación para legitimarse en el poder y evitar tratar temas polémicos, en Francia decenas de miles de personas siguen ligadas al drama de la guerra de Argelia y la descolonización (harkis, combatientes, inmigrantes, pied-noirs).

El 20 de enero del 2021, el esperado informe Stora fue entregado a Macron. En él, se emiten recomendaciones de cara a apaciguar la relación memorial entre ambos países en algunos ámbitos hasta entonces ignorados y evitados en la política francesa. Stora recomienda la creación de una comisión de ‘Memoria y Verdad’ que
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impulsará iniciativas memoriales entre ambos países y recogerá testimonios de testigos de la guerra. Además, recoge iniciativas como la conmemoración de varias fechas ligadas la memoria franco argelina, la construcción de un monumento homenaje al Emir Abdelkader, la panteonización de la abogada Gisèle Halimi, la apertura de una investigación sobre los sucesos de Oran en 1962 y la preservación de cementerios judíos y europeos en Argelia. También propone renombrar calles en Francia, facilitar las estancias de investigación de historiadores argelinos en Francia para poder consultar los archivos que allí reposan, favorecer la difusión de trabajos de historiadores y otras medidas culturales (creación de un museo de historia, exposiciones, coloquios). Por último, trata temas que despiertan gran controversia a ambos lados del mediterráneo como los harkis (libertad de desplazamiento), los ensayos nucleares franceses en Argelia (tratamiento de las secuelas), los archivos coloniales sacados de Argelia por Francia (reactivación de un grupo de trabajo), el peso y enfoque de la historia de Francia en Argelia en las escuelas (aumentar el espacio tratando tanto la guerra como la colonización) y los desaparecidos (clarificación de los casos).

Siguiendo otra de las recomendaciones de Benjamin Stora en su informe, Macron reconoció públicamente en marzo de este año la responsabilidad del Estado francés, y su ejército, en la tortura y posterior asesinato del abogado nacionalista argelino Ali Boumendjel en 1957. Rompiendo con el discurso oficial hasta entonces de Francia: un suicidio. En 2018 Macron ya reconoció, siendo el primer jefe de Estado en hacerlo, el papel del ejército francés en el asesinato y tortura del matemático, anticolonialista y militante del partido comunista argelino Maurice Audin en 1957. Estos actos de reconocimiento demuestran el poder sin límites que el ejército francés tenía en esos años en el país. Aunque hablan de tortura, la verdadera extensión de este fenómeno ‘institucionalizado’ durante todo el periodo de la Argelia francesa aún continúa invisibilizado. Al igual que las violaciones y torturas sexuales masivas que se llevaron a cabo por algunos soldados franceses.

Si bien es cierto que Macron ha sido el presidente francés que más lejos ha llegado en el reconocimiento de los abusos y violencias francesas en Argelia junto con la realización de un trabajo memorial, será clave en los próximos meses y años ver cómo se materializan las recomendaciones de este informe. Si las víctimas de los ensayos nucleares reciben el reconocimiento justo. Si los archivos son abiertos. Y otros muchos hechos más allá de las palabras. También, qué respuesta ofrecerá el régimen argelino a este intento de acercamiento por parte de Francia. Por el momento, en Argelia Macron es criticado desde ambos lados del tablero político. El movimiento popular prodemocracia Hirak, critica las palabras de Macron en 2020 en una entrevista televisiva donde dijo estaba dispuesto a hacer todo lo posible para ayudar al presidente Tebboune en el periodo de transición. Presidente que el Hirak considera ilegítimo, autoritario, heredero del antiguo régimen y cuyas prácticas antidemocráticas y restrictivas a la libertad de expresion son un hecho. El gobierno argelino no ha dudado en indicar la ‘excesiva cercanía del embajador de Francia en Argelia con la oposición’. Ambos campos parecen ver la postura de Macron, y Francia, como una nueva injerencia de la potencia ex colonial.

Las relaciones con Ruanda

Cuando Macron llega al poder en 2017, las relaciones Francia – Ruanda no pasaban por sus mejores momentos después de décadas tensas tras el genocidio de Ruanda (1994). El ahora presidente de Ruanda, Paul Kagame, dirigía en los años 90 el Frente Patriótico Ruandés (FPR) de mayoría tutsi que puso fin al genocidio llevado a cabo por el entonces gobierno hutu extremista en el país. Del cual Francia era socio y aliado de gran cercanía. Lo que ha originado continuas críticas de Paula Kagame hacia Francia por complicidad de genocidio. Ruptura de relaciones diplomáticas, procesos judiciales y retiradas de embajadores fueron actos comunes entre Francia y Ruanda las décadas posteriores al genocidio. En 2010 Nicolas Sarkozy visitó Ruanda, siendo el primer presidente francés en hacerlo después del genocidio, y reconoció ‘graves errores’ por parte de Francia durante el periodo. Pero hasta años después, no se cerró una controvertida investigación en Francia al entorno de Paul Kagame por su intervención en la muerte del que era el presidente ruandés antes del genocidio (Juvénal Habyarimana) que dio inicio a las matanzas. Lo que continuó tensando las relaciones entre ambos países.

La llegada de Macron al poder y su voluntad manifestada de escribir una nueva página en la relación África – Francia, alejándose de sus predecesores y de la Françafrique, no ignoraba el desafío que suponía reorientar las relaciones franco-ruandesas. Además de por la relación histórica entre Ruanda y Francia, empañada por papel francés en el genocidio y las tensas relaciones desde entonces, para Macron la gran influencia de Ruanda en el continente a pesar de su pequeño tamaño, hacía necesario un acercamiento con el país. En mayo de 2018 Paula Kagame es recibido en el Palacio del Elíseo 7 años después. Poco después, Francia realiza un gesto con gran simbolismo, y no exento de críticas, apoyando la candidata ruandesa para dirigir la OIF.

En los 4 años de presidencia de Macron, el trabajo memorial franco ruandés más importante fue la nominación de una comisión liderada por el historiador Vincent Duclert que en marzo ha entregado un informe titulado ‘Francia, Ruanda y el genocidio de Tutsis (1990-1994)’. Iniciativa pionera en Francia por lo reciente y controvertido del evento de estudio. La investigación establece ‘un conjunto de responsabilidades, graves y abrumadoras’ por parte de Francia en el genocidio de Ruanda. En cuanto a la pregunta de si Francia fue cómplice de este genocidio, se indica ‘si por esto se entiende una voluntad de asociarse a la operación genocida, nada en los archivos consultados viene a demostrarlo’. La investigación en su búsqueda de verdad ilustra el apoyo francés sin fisuras al régimen hutu genocidiario (al que Francia veía como legítimo por representar a la mayoría) antes y durante el genocidio. Apoyo político y militar de forma deliberadamente ciega a un régimen racista y violento que se veía como el laboratorio de una nueva política francesa en África elaborada por François Mitterrand. Contradiciendo el apoyo a la democratización que tanto proclamaba él mismo esos años. Los tutsis del FPR se calificaron de amenaza extranjera a manos de Uganda, país anglófono. Para Francia el apoyo al régimen hutu no era solo la defensa de un amigo, sino el mantenimiento de la zona de influencia francesa en África. El informe también demuestra por parte de Francia la presencia de prácticas irregulares en la administración, cadenas paralelas de información, permanencia de estereotipos coloniales y lecturas puramente étnicas del contexto africano. Las últimas palabras del informe, contradicen las acusaciones de doble genocidio pronunciadas por Miterrand (genocidio contra los Hutus en Zaire). Tras la publicación del informe, Macron ha anunciado la apertura de los principales archivos.

A pesar de las críticas durante la formación de la comisión (ausencia de dos reconocidos especialistas, desconocimiento de la lengua local y del terreno) y las importantes zonas de sombra en la investigación (quién derribó el avión presidencial, la venta de armas, el papel del ex gendarme convertido en mercenario Paul Barril, los documentos desaparecido del consejero África e hijo de Mitterrand, la falta de acceso a la comisión parlamentaria del 98, los documentos clasificados DGSE) las reacciones no se han hecho esperar. Siendo importante la liberación de la palabra de muchos antiguos dirigentes franceses de la época, mudos durante años. Por ejemplo, el entonces secretario general del Eliseo (Hubert Vedrine), oficiales militares de la operación Turquoise o el Ministro de Asuntos Exteriores de la época (Alain Juppe). Ruanda ha reaccionado al informe indicando que constituye ‘un paso importante hacia una comprensión común del papel de Francia’. ¿Hacia dónde evolucionará la relación Francia – Ruanda? ¿Tendrá consecuencias judiciales el informe Duclert en aspectos como la noción de complicidad o las matanzas de Bisesero? ¿Se aclararán las zonas de sombra que aún perduran? ¿Y el papel del ejército francés? ¿Se desvelarán los informes ocultos?

La región saheliana

El 23 de abril en Yamena, Emmanuel Macron fue el único jefe de estado europeo en asistir al funeral de Idriss Déby Itno. Presidente de Chad los últimos 30 años, tras su muerte en el campo de batalla el país quedó dirigido por un consejo militar encabezado por su hijo. Previa disolución de la asamblea nacional, el gobierno y suspensión de la constitución. Consejo militar, en teoría, de transición, ya que el plan de ruta incluye la convocatoria de elecciones en 18 meses. La intervención de Macron en el funeral de estado no fue meramente representativa, sino que pronunció un discurso en el que demostró su apoyo incontestable al país y sus nuevos dirigentes: ‘Francia no dejará jamás que nadie ponga en causa la estabilidad e integridad de Chad’ (aunque después Macron añadió una nota sobre la necesidad de promover la transición democrática). Este apoyo incondicional de Francia al nuevo régimen anticonstitucional derivado de un golpe de estado, puede parecer inexplicable si nos retrotraemos a los primeros decursos de Macron en relación a África: defensa valores democráticos, apoyo sociedad civil…. Sociedad civil que denuncia la ascensión al poder del hijo de Iddris Deby como lo que es, un golpe de estado institucional. Sin embargo, la especial relación franco-chadiana hay que enmarcarla en el contexto de lucha contra el terrorismo en el Sahel. Para Francia, Iddris Déby era su mayor aliado (llegando incluso a ayudarle en la lucha contra rebeliones internas). El mayor temor de Francia, y otros países de la región, es la expansión del terrorismo y la inestabilidad a nuevas zonas. Por ello lo principal es que en Chad haya estabilidad, continúen liderando las fuerzas antiterroristas de la región y aporten hombres. ¿Aunque sea de esta manera poco democrática y en contra de todos los valores democrático que proclama Francia y la nueva relación que teóricamente busca con áfrica? En este caso, parece que todo vale en nombre de la lucha antiterrorista, la seguridad y la búsqueda de estabilidad en una región con gran riesgo de implosión.

La situación chadiana podría compararse con la vivida en Mali en agosto del 2020 tras el golpe de estado militar. Pero en ese caso, Macron indicaba que la constitución y el gobierno civil debían respetarse ¿Cómo justificar entonces el apoyo al golpe de estado en Chad? El poder y la influencia en la región del Mali de Ibrahim Boubacar Keïta no era comparable a Chad, pero ¿es justificable esta doble vara de medir?

El otro aspecto francés de actualidad en el Sahel es la operación militar Barkhane. Los objetivos perseguidos con su despliegue no se han alcanzado y la aceptación francesa disminuye. El enfoque de seguridad basado en una intervención militar parece probado que no es eficiente ni adecuado al contexto. Los ejércitos de la región, la fuerza G5 Sahel, incluida Francia sospechosa de haber bombardeado a civiles en enero del 2021 sobre una boda en Bounti (Mali), son denunciados por los ataques a civiles. ¿Cambiará Macron la hoja de ruta de su intervención militar poniendo el foco en la protección de los civiles? ¿Promoverá investigaciones para aclarar las denuncias dentro del ejército? ¿Reforzara la necesidad de defender los DDHH frente a cualquier interés en la lucha contra el terrorismo? ¿Se reorientará el enfoque hacia las causas profundas de la crisis?

Elecciones en África Occidental 2020

El pasado año 2020, fueron noticia las elecciones de Costa de Marfil y Guinea Conakry. Antes de llegar al poder, Macron repetía la necesidad de establecer nuevas relaciones con África rompiendo con las dinámicas pasadas. Escuchando a la sociedad civil y defendiendo el respeto de los principios democráticos. Sin embargo, su discurso frente a estos eventos electorales ejemplifica que lo anterior no se cumple, o que depende qué país tenga enfrente. Tanto Alassane Ouattara (Costa de Marfil) como Alpha Condé (Guinea Conakry), han ganado elecciones calificadas de inconstitucionales por parte de su pueblo. Tras dos mandatos presidenciales, el máximo, se realizaron cambios constitucionales. Esto, no por casualidad, ‘dejó el contador a cero’ en cuanto al número de mandatos de cada presidente y según su interpretación les legitimaba a optar a una nueva presidencia. Aunque cada país presenta unas peculiaridades, en ambos la represión contra la oposición y la sociedad civil fue constante. Frente a Costa de Marfil, país que ha sido uno de los pilares de la Françafrique, Macron justificó el 3º mandato de Alassane Ouattara como ‘un deber ante una situación excepcional’: la muerte semanas previas a la elección del candidato designado por él mismo. Según Macron ‘Ouattara no quería presentarse a un 3º mandato’. Por el contrario, en el caso de Guinea, Macron denunció que la situación era grave y no felicitó al vencedor. Ambos casos representan una clase política que se aleja de los principios democráticos e instrumentaliza el aparato del poder para perpetuarse en su puesto. ¿No debería Macron haber actuado por igual condenando la situación y la violencia? ¿Restan legitimidad estos ejemplos a su voluntad de establecer nuevas relaciones con el continente a nivel de respeto de los valores democráticos? ¿Se está dejando llevar Macron por el interés económico para Francia de una potencia regional como Costa de Marfil?

La condecoración de Abdel Fattah Al-Sissi

Posiblemente uno de los momentos más polémicos de la era Macron y su relación con África, fue la entrega de la Legión de Honor al presidente egipcio Al-Sissi en diciembre del pasado año. Quizá anticipando el impacto en la opinión pública, la ceremonia fue realizada a puerta cerrada y solo desvelada por las imágenes de la televisión egipcia. Entre los criterios de atribución de esta distinción a ciudadanos extranjeros, se encuentran la prestación de servicios a Francia o la defensa de causas humanitarias o DDHH. También puede servir como reconocimiento en el marco de una visita de Estado sosteniendo la política exterior. ¿Era necesaria esta condecoración o fue una provocación como la denominan grupos de defensa de los DDHH?

Tras el ascenso al poder de Al-Sissi en 2013, las denuncias de organizaciones de defensa de DDHH no han cesado. Detenciones arbitrarias de miembros de la sociedad civil, políticos, periodistas, activistas por los derechos LGTBI. Afectados por tortura, represión, desapariciones y falta de libertad de expresión. En muchas ocasiones en el marco de campañas encuadradas en ‘lucha antiterrorista’. Para Francia, y otros socios internacionales, Al-Sisi dirige un país considerado por muchos ‘un polo de estabilidad’ en la región que no debe convertirse en otra crisis más como la de sus vecinos libios o sirios. Además, el interés geopolítico de las relaciones Francia – Egipto es enorme en términos de inmigración, cooperación (e industria) militar, economía y especialmente lucha antiterrorista. Considerándose así a Egipto un aliado estratégico en la región.

¿Fue legítimo el reconocimiento a Al-Sissi? ¿Se dejó llevar Macron por la realpolitik? ¿Prima la lucha contra el terrorismo en las relaciones internacionales de Francia en detrimento de la defensa de los derechos y libertades de la que tanto presume? ¿Este capítulo refleja las contradicciones en política exterior entre las que se mueve Macron? ¿Intereses militares/económicos/migratorios contra defensa derechos universales? ¿O Macron simplemente quería recuperar una relación dañada por sus palabras críticas en 2019?

Restitución de obras de arte africanas

Durante el ya mencionado discurso a la juventud africana (2017) de un recién nombrado presidente, Macron anunció su voluntad de tratar la restitución temporal o definitiva del patrimonio artístico africano al continente. Para que las obras no se encontrasen solo en museos europeos, muchos franceses como el Musée du Quai Branly (70.000 objetos), y colecciones privadas. Un tema de elevada importancia, pero hasta entonces tabú. No comentado por las autoridades francesas de alto nivel probablemente por lo que implicaba asumir y reconocer el despojo del patrimonio artístico africano durante la colonización. Meses antes de la victoria electoral de Macron, el presidente de Benín (Patrice Talon) proclamó su interés en recuperar obras de arte. Pero las autoridades francesas indicaron que según la legislación en vigor ‘dichos bienes pertenecientes a colecciones públicas se encontraban bajo los principios de inalienabilidad, imprescriptibilidad e inembargabilidad’, por lo que su restitución no era posible. Tras el discurso de Macron, la solución no se antojaba rápida ni sencilla. Se iniciaba un rompecabezas jurídico, administrativo y político. Museos, coleccionistas y casas de subastas se preguntaron qué impacto tendría las palabras de Macron en su futuro.

En noviembre de 2018, Bénédicte Savoy (historiadora francesa) y Felwine Sarr (economista senegalés) entregaron a Macron un informe encargado de analizar la cuestión de la restitución de las obras africanas. En su versión final, abogan por la restitución de forma permanente al continente africano toda obra u objeto de África que en su momento llegase a las colecciones francesas de forma irregular (saqueo, expolio, confiscación unilateral durante la colonización) y que sea demandado por el país africano de origen. También se denuncia la condescendencia del argumento que indicaba que los museos africanos no cumplían las condiciones de conservación. En cuanto a los pasos a seguir, se animaba a Francia a entregar un inventario de obras a cada país africano. Después se crearían comisiones bilaterales en las que cada país demandaría qué obras quiere recuperar. Si Francia no demuestra su adquisición legitima, deberá restituirlas el país de origen. Promoviendo de forma conjunta la investigación, la recolección de información, el intercambio científico y la capacitación.

En julio de 2020, un primer proyecto de ley para la restitución definitiva de 2 obras (un sable senegalés del siglo XIX y 26 obras expoliadas por las tropas coloniales en Benín) enviadas a Francia durante la colonización fue examinado. En octubre se aprobó suponiendo un acto con gran simbolismo, más allá de todas las palabras de Macron tratando la reconciliación de las memorias. Pero aun quedan retos que afrontar, siendo esencial en Francia la aprobación de una ley general para la restitución que evite las leyes ad hoc para cada retorno. Por parte de los gobiernos africanos, la disparidad es notable en cuanto a la solicitud de restituciones. En muchos países los trabajos de acondicionamiento de museos se están realizando en la actualidad. En otros casos, la dificultad viene de la imposición de fronteras coloniales que no representan los antiguos territorios de muchos reinos expoliados. Y así dificultan establecer quien debe ser el receptor de la obra. Por parte europea, aún queda mucho trabajo por hacer para lograr que museos y coleccionistas privados se involucren en la tarea de restitución y compartan la necesidad de llevarla a cabo. Pero lo que no puede negarse, es que las palabras de Macron pusieron sobre la mesa una demanda hasta entonces en las sombras. Y ha impulsado la activación de otros países europeos que han comenzado a estudiar la restitución de obras ¿Se avanzará de forma real en la restitución de obras de arte en los próximos años? ¿Quedarán estas iniciativas instrumentalizadas por un poder que busca mejorar su imagen olvidándose el fin histórico cultural? ¿Seguirán otros países la estela de Francia?

Conclusiones

A pesar de la determinación de Macron para terminar con la Françafrique y establecer nuevas relaciones de no injerencia, la realpolitik y la lucha antiterrorista le han llevado a apoyar más o menos directamente autocracias, golpes de Estado y mandatos inconstitucionales. El ataque a los DDHH y los valores democráticos parece poder ser ignorado en nombre de la estabilidad y seguridad. Siguiendo así la estela de antiguos presidentes de la República. Más allá de sus propias contradicciones, es importante destacar otras iniciativas desarrolladas acerca del Genocidio de Ruanda y la época colonial de Argelia. Al contrario que sus predecesores, ha sacado a la luz y reconocido temas hasta entonces tabú, promovido un trabajo memorial con más o menos éxito y liberado la palabra de la sociedad. Más allá de estos trabajos memoriales, habrá que evaluar los actos tras las palabras. Pero no puede negarse un avance frente al inmovilismo de antiguos mandatarios. En otros aspectos como las restituciones de obras de arte y el fin del franco CFA, el paso delante de Macron es de valorar, pero de nada servirá si queda como una medida cosmética sin cambios profundos. ¿Podremos ver avances y novedades en el año restante de mandato?

El rap como herramienta de protesta contra las inundaciones de Pikine (Senegal)

Irene Pérez Bornstein

En varios países del continente africano, para muchos jóvenes el conjunto de prácticas estéticas y culturales que se han dado a conocer más ampliamente como «culturas urbanas» proporcionan formas apropiadas en las que, y a partir de las cuales, escriben, pintan, cantan, bailan y comunican lo que es ser joven en África y en el mundo (Niang y Niang, 2020). Para estos jóvenes africanos, y más concretamente para los senegaleses que nos interesan en este artículo, la entrada en el mundo del hip-hop equivale a la entrada en la comunidad de los «conscientes», a partir de la cual toma forma su proyecto de elaboración de un nuevo orden mundial (Niang y Niang, 2020). En el presente texto se presenta al grupo de hip-hop senegalés Eaux Secours que utiliza la música como herramienta de protesta ante las inundaciones de Pikine, un barrio humilde de Dakar, la capital del país.

Imagen del bombeo de agua de la cuenca en Pikine hacia el mar. Fuente: Naranjo (2012).

El rap en Senegal: contexto e historia

A nivel mundial, el hip-hop nació en el barrio neoyorquino del Bronx a principios de la década de los 70 en un contexto de anomia social profunda y marginación principalmente de personas afrodescendientes y latinas (Niang y Niang, 2020). En África del Oeste, el hip-hop comenzó como un movimiento promovido por las clases medias y altas, ya que eran estas las que tenían acceso a los productos culturales provenientes de Europa y Estados Unidos, y lo mismo ocurrió en Senegal. Durante las décadas de 1980 y principios de 1990, los grupos fueron evolucionando a grupos de rap, imitando y adaptando los estilos populares de música y danza de Estados Unidos.

Así, el movimiento estuvo marcado por una fuerte tendencia a la imitación, llegándose a apropiar de la cultura afroamericana (Niang y Niang, 2020). Al mismo tiempo, durante la década de 1980, los discursos incluidos en las letras de las canciones fueron evolucionando hacia discursos de protesta, coincidiendo con un periodo de austeridad socioeconómica debido a los ajustes macroeconómicos llevados a cabo por numerosos gobiernos africanos para hacer un ajuste estructural en detrimento de la sociedad (Niang y Niang, 2020).

A finales de la década de los 80, miles de jóvenes senegaleses salieron a las calles para protestar contra las medidas del gobierno en materia de educación. Algunos de ellos utilizaron el rap para expresar sus quejas. Así, la protesta se convirtió en un marcador de la cultura del hip-hop en Senegal, que poco a poco se convirtió en abanderada de las «víctimas del sistema», entre las que se encuentran destacadas categorías sociales como los jóvenes, los niños y los pobres, es decir, la mayoría de la población senegalesa, incluidos los propios raperos (Ndiang y Ndiang, 2020).

A pesar de que la primera imagen del hip-hop como el estilo de vestir, la agresividad y las formas extrovertidas causaron inicialmente un rechazo entre la población del país, la evolución durante 1990 a un rap en lengua local (principalmente wolof) y las letras de protesta han ayudado a que el rap se asentara como una herramienta de protesta y contestación. Con este impulso, la producción fue mejorando su calidad y Senegal se convirtió en el tercer país del mundo con más grupos de hip-hop, después de Estados Unidos y Francia (Niang y Niang, 2020). Los jóvenes senegaleses habían encontrado una herramienta global para denunciar los problemas de su realidad local, pero fueron más allá de representar a sus barrios con la música: usaron la música para crear sus barrios (Fredericks, 2013).

Los movimientos de hip-hop en Dakar hacen más que cambiar los espacios sociales y políticos de la ciudad, también intervienen en la en la constitución material de sus barrios, barrios que se encuentran en la periferia física, social y política del Dakar contemporáneo. Modifican los espacios físicos para alinearlos con sus ideales políticos de igualdad, democracia e importancia de la juventud (Hungerford, 2013).

Las inundaciones de Pikine

Pikine es una zona en el extrarradio de Dakar donde las personas se empezaron a instalar en 1950. En esta zona, muchas personas se enfrentan desde hace años a fuertes inundaciones permanentes, que se agudizan durante la época de lluvias (junio-septiembre). Viviendas, colegios y vías de comunicación están totalmente anegadas los 12 meses del año, promoviendo la proliferación de mosquitos, el desborde de fosas sépticas, etc. Esta situación no hace más que agravar la miseria de unas personas que han invertido mucho tiempo, esfuerzo y dinero en construir su casa, la cual se han visto obligadas a abandonar (Naranjo, 2012). Para paliar el problema se construyeron cuencas de captación en varios barrios de Dakar con bombas de extracción (ver figura 1). Sin embargo, esta solución, tuvo un carácter temporal, sin llegar a remediar el problema. Además, el tamaño de la cuenca no era suficiente para captar ni siquiera la mayor parte del agua, y el bombeo intermitente de agua a otros lugares agravó los problemas de capacidad de la cuenca, que se convirtió en una charca permanente, agravando aún más el problema (Hungerford, 2013).

Como respuesta al problema, el por aquel entonces presidente del gobierno desarrolló el Plan Jaxaay, que consistió en reubicar a las poblaciones de las zonas propensas a las inundaciones y canalizar las aguas pluviales en cuencas de captación dentro de los propios barrios, aunque el problema sigue sin resolverse, ya que las inundaciones se agravan periódicamente1 (Hungerford, 2013).

El rap como herramienta de protesta: Eaux secours

El grupo Eaux Secours (que significa «emergencia de agua» en francés) se creó cuando tres amigos del barrio de Pikine se reunieron tras la temporada de inundaciones de 2012. Los tres fundadores del grupo experimentaron esta inundación en sus propios hogares, así como en los de sus familiares y amigos, y utilizaron el hip-hop para llamar la atención sobre el problema, sacando su primer álbum en abril de 2013 (Hungerford, 2013). Cuando se les pidió que describieran los objetivos de su grupo, respondieron que su principal objetivo era la lucha contra las inundaciones, que para ellos no son sólo un fenómeno natural, sino que también se producen socialmente: sólo algunos barrios de Dakar se inundan y las inundaciones se producen desproporcionadamente en barrios pobres como Pikine (Hungerford, 2013).

En sus vídeos, Eaux secours muestran las imágenes del barrio y cómo el problema de las inundaciones afecta a las personas más vulnerables, entre ellas, los niños y las niñas, poniendo en el punto de mira las consecuencias que tiene este problema para la salud pública. Muestran edificios abandonados, aguas estancadas, aguas fecales y la densidad de algas y pequeñas plantas que crecen en estas zonas debido a la acumulación de nutrientes en el agua, cerca de la cual juegan niños y niñas (Hungerford, 2013). En Dakar, el impacto de Eaux Secours se limita a una o dos cuencas de captación mejoradas, pero la magnitud del problema de las inundaciones estacionales en estos barrios no puede resolverse con pequeños proyectos, sino que requiere una intervención a gran escala que probablemente sólo sea posible a través de proyectos gubernamentales. Eaux Secours reconoce que el problema es masivo y que sus intervenciones son limitadas, pero reconoce que la acción es la única opción hasta que lleguen soluciones más amplias (Hungerford, 2013).

Bibliografía

  • Fredericks, R. (2013). “The Old Man is Dead”: Hip Hop and the Arts of Citizenship of Senegalese Youth, Antipode. Doi:10.1111/anti.12036, pp.1-19.
  • Hungerford, H. (2013). Material impacts of hip-hop on urban development in Dakar: the case of Eaux Secours. Journal of Urban and Regional Analysis, vol. 2, p. 193 – 200.
  • Naranjo, J. (20 de agosto de 2012). Pikine, la ciudad anegada. El país. Disponible en: https://elpais.com/elpais/2012/08/20/africa_no_es_un_pais/1345442880_134544.html
  • Niang, A. y Niang, A. (2020). Le rap au Sénégal entre positionnement sociopolitique et stratégies de médiatisation : une esthétique de la contestation au prisme des ordres préétablis. Revista África[s] 7(14).

El comercio esclavista en el Siglo XXI

Gaizka Basabe Anuncibay

Este ensayo tiene por propósito el profundizar en los casos de trata de personas que se viven en la actualidad en el continente africano y que guardan bastante similitud con el comercio esclavista que tuvo lugar durante los Siglos XVII y XIX. Mediante la aportación de diversas fuentes estadísticas se observará el incremento de estos casos, así como de aquellas zonas del continente en donde más se producen. 

Comenzará con una introducción en donde se darán pequeñas pinceladas del contexto histórico-social en el que hay que situarse para poder comprender la magnitud del asunto a tratar. Después valiéndose de datos, información recopilada de diversos medios, se procederá a realizar un desarrollo amplio del tema. A modo de cierre se esbozará las conclusiones e ideas finales sobre lo que supone la trata de personas en la actualidad y los elementos que han proliferado su existencia. 

INTRODUCCIÓN 

En la actualidad se estiman alrededor de los 225.000 afectados por la trata de personas, destacando el gran porcentaje de mujeres que son víctimas destinadas a la explotación sexual. Este dato, desalentador cuanto menos, pertenece al año 2016 y no parece haber remitido en los sucesivos años. El comercio esclavista que tuvo lugar en entre el Siglo XVI y XVIII conformando un exitoso negocio que mostraba los abusos e injusticias del sistema colonial, ha encontrado la manera de adaptarse a la actualidad. Puede que la forma de llevarse a cabo haya cambiado, pero en esencia podemos hablar de un comercio esclavista en pleno Siglo XXI, dominado por mafias que captan y transportan a personas para explotarlas sexualmente, laboralmente, o incluso para la extracción de órganos. 

Antes de comenzar a profundizar en el tema, conviene hacer unas precisiones en cuanto a la terminología. Al hablar de “trata de personas” no nos referimos al “tráfico ilegal” de las mismas, ya que la diferencia radica en que en las situaciones de “tráfico ilegal” los migrantes de forma voluntaria tienen como objetivo cruzar una frontera de un país para así buscar mejores condiciones de vida, y para ello pueden solicitar ayuda de un traficante que les dispensa de los medios necesarios para ello. Mientras que la “trata de personas” y de la cual hablaremos en este ensayo, se basa en un engaño o captación que el traficante lleva a cabo ante el estado de desfavorecimiento del migrante que puede implicar el traslado de un país a otro, o el cruce de determinadas fronteras. Las víctimas de la trata nunca consentirán su explotación o al menos no de forma inicial, ya que entrarían en juego la coacción, la violencia o los abusos a los que son sometidas.  

El Protocolo de Palermo del año 2000 define la “trata de personas” en su artículo 3 como “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto al fraudo, al engaño o en situación de vulnerabilidad para obtener el consentimiento de una persona con fines de explotación. Esta explotación podrá ser sexual, de trabajos forzados, de esclavitud, o incluso, de extracción de órganos.

DESARROLLO

Durante la época colonial, el comercio triangular fue un sistema de comercio que operaba entre Europa, África y América (de ahí su denominación triangular), y que se fundamentaba en la exportación de esclavos africanos para así destinarlos a campos de cultivo para su trabajo o incluso como un método de pago. Este comercio estuvo presente desde el Siglo XV hasta el Siglo XIX, y arraigó en la historia de países como Estados Unidos, donde la mayoría de los esclavos eran destinados al Sur del país para trabajar en los campos de algodón de los señores que les habían comprado. La UNESCO propuso en el año 1994 un proyecto denominado “La Ruta del Esclavo: resistencia, libertad, patrimonio” que tenía por objetivo evidenciar las causas y modalidades del funcionamiento de la esclavitud, señalar las trasformaciones globales y las interacciones culturales derivadas, así como a contribuir a una cultura de paz propiciando la reflexión sobre el pluralismo cultural. Se elaboraron guías para la identificación, preservación y la promoción de sitios de memoria relacionados con la trata negrera, así como a la conservación de los archivos escritos e inmateriales que estén vinculados con esta historia.  Lo que se pretende es la educación entorno esta oscura etapa de nuestra historia y no olvidar lo sucedido. 

En la actualidad, la situación que se vivió con el comercio triangular de aquellas personas que eran raptadas y esclavizadas para su posterior intercambio mercantil, no dista mucho de la trata de personas que día a día va cobrándose más víctimas. En una sociedad en donde imperan principios fundamentales como el derecho a la libertad, el derecho a la integridad física y moral, o el derecho a la vida, provoca estupor que estas prácticas del siglo XV y XIX sigan produciéndose. Ya no hablamos de colonizadores, sino de mafias o grupos armados que trafican con personas para así obtener una compensación económica; y en muchas ocasiones son destinadas a la explotación sexual, a trabajos forzados, a la realización de actividades delictivas forzosas o a la extracción de órganos.

Aunque la trata sea un problema globalizado, hay que indicar que es especialmente mayor el número de mujeres y niños que la padecen en la África Central y la Occidental, destacando Nigeria como uno de los países con mayor índice de casos. En los sucesos de explotación sexual, en donde el 49% son mujeres adultas, y las niñas representan el 23%, se les engaña con falsas promesas de una vida mejor y al llegar a sus países de destino descubren que todo fue parte de un plan que tenía una mafia para así explotarlas sexualmente sin la posibilidad de que puedan salir del país. Tanto las víctimas del tráfico de personas son hombres como mujeres, sin embargo, los datos señalan que son las mujeres quienes son el perfil dominante.

En el caso de Nigeria, es el país donde más se produce la captación de mujeres y niños seguido de Colombia, Venezuela y Rumanía. El motivo de que esto sea así es debido a la pobreza y a la guerra que viven en estos territorios, en donde sus habitantes intentan buscar una vida mejor y luchan por sobrevivir en las condiciones en las que residen. También hay que señalar que la discriminación de género en los países africanos es un gran detonante para que estos casos se produzcan, así como los cambios sociales que alteran las necesidades de trabajo. La UNICEF propone como acciones para la lucha de la trata de las personas, el compromiso político de elaborar un tratado internacional de ratificación, en donde se modifique la legislación de un país, así como la forma de concienciar a las personas para prevenir la trata de personas. 

En 2005 la UNICEF elaboró un documento llamado “Guías para la protección de los Derechos de los niños y las niñas víctimas del tráfico”, que pone de manifiesto una serie de prácticas para la protección y asistencia de las víctimas infantiles del tráfico, que oscila desde el paso inicial de identificación, hasta la integración y recuperación del menor. Siendo su objetivo el proporcionar guías de actuación sobre el desarrollo de los procedimientos de protección a los gobiernos, organismos internacionales y ONGs. 

Se estima que existen casi 3 millones de víctimas de la trata; y que al identificar una de esas víctimas hay más de veinte que aún no han sido identificadas. La esclavitud sexual atenta contra los derechos fundamentales humanos, y supone uno de los grandes males que existen. La Fundación Mujeres Por África calcula que, en África Central y Occidental, lejos de reducirse, el tráfico sexual está creciendo debido a la debilidad de los sistemas judiciales y a la vulnerabilidad que tienen las mujeres y las niñas africanas. Esto es debido a la pobreza existente en los países de estos territorios africanos, así como también a las discriminaciones de género, la rápida urbanización, y las necesidades de trabajo. 

Como ya hemos señalado con anterioridad, el tráfico de órganos también supone uno de los comercios más importantes de la trata de personas. Es quizá más silencioso que la explotación sexual, sin embargo, ha ido ganando más presencia a raíz de un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que calcula que al año se trafica con casi 10.000 riñones, lo que supone más de uno por hora. El tráfico de órganos ocupa un lugar fundamental en los grupos de delincuencia organizada internacional debido a la gran demanda y a la falta de aplicación de una ley que ampare dicha sucesión. Esta situación también se da en países desarrollados en los cuales la sanidad tiene una larga lista de espera para realizar los trasplantes, y es así como surge la demanda para los mercados negros. En Canadá el tiempo promedio de espera para realizar un trasplante de riñón es de 4 a 7 años. En el Reinado Unido los tiempos de espera oscilan entre 2 y 3 años, y se calcula que en España aproximadamente el 10% de los receptores fallecen mientras esperan recibir un órgano.

Los órganos traficados se trasplantan muchas veces en quirófanos clandestinos, en los cuales no siempre la operación es exitosa debido a la falta instrumental y al personal cualificado. Los traficantes de órganos también pueden operar como una red delictiva que trafica con el tráfico sexual o laboral. Cabe decir que en la gran mayoría de países la compraventa de órganos es ilegal, pero está el caso de Irán como el único país donde si es legal realizar esta transacción. Se estima que anualmente el comercio ilegal de órganos genera alrededor de 850 millones de dólares. Los niños suponen las mayores víctimas del tráfico de órganos, siendo los hombres adultos los que menos. Muchos niños son raptados e incluso comprados a sus padres, en zonas como el África Subsahariana debido a factores que ya hemos mencionado previamente como la pobreza del país, la falta de recursos o la desigualdad existente. 

Los mecanismos de prevención que se están fortaleciendo son el aumento de la conciencia pública de que la trata es una ofensa criminal, la información para prevenir que haya condiciones para el tráfico ilícito de migrantes, así como combatir las causas fundamentales del tráfico ilícito de migrantes. La iniciativa de Project Organ desarrollada en Canadá plantea buscar conciencia y aumentar la presentación de informes relativos al tráfico de órganos para posteriormente presentarlos ante el Centro de Análisis de Informes y Transacciones Financieras de Canadá y de esta forma llegar a visibilizar esta situación. En los Estados Unidos, algunos estados como Massachusetts incluyen el tráfico de órganos dentro de sus leyes estatales sobre la trata de personas. Cabe señalar que, desde el Protocolo de Palermo publicado en 2008, las manifestaciones en contra de la trata han ido ganando terreno y fue así como se crearon definiciones sobre lo que significa el tráfico de órganos y el conocido como “turismo de trasplantes”. En la actualidad, se desconoce el alcance del tráfico de órganos en cuanto al número de este tipo de operaciones que se llevan a cabo. Es necesario dar visibilidad, así como participar en alianzas entre lo público y lo privado para hacer frente a esta cuestión.

CONCLUSIONES

Cada vez son más las víctimas de la trata de personas que van enredándose en esta encrucijada por donde confluyen intereses económicos, cuestiones políticas, y mafias organizadas. Llegados a este punto podemos preguntarnos, ¿se puede llegar a hablar de un comercio esclavista que asienta sus bases en el comercio triangular de la época colonial en pleno siglo XXI? 

El título elegido para este ensayo no pretende ser sensacionalista, sino reflejar el estado actual en el que vivimos, y que poco (o nada) ha cambiado desde el siglo XV cuando se procedía al comercio de esclavos para países desarrollados, sino que simplemente nos encontramos en un cambio de paradigma, en donde la trata de personas como hemos señalado, tiene como principal objetivo la explotación sexual, laboral o de tráfico de órganos. Y es que como apunta Ana Amat Vendrell (LA VANGUARDIA) “la trata de personas es la esclavitud contemporánea, pero sin cadenas”. Una esclavitud que no encadena con el metal, sino con las mentiras, la opresión y el chantaje; que les otorga a las distintas mafias el control sobre sus víctimas, y que muchas veces acaba con la vida de estas. 

El problema de que este tipo de atentados contra los derechos fundamentales se siga produciendo evidencia que no existe un eficaz acuerdo de actuación colectiva por parte de los distintos países. Considero importante que cada país tenga un plan de acción contra los casos de trata de personas y se pudiera fomentar la colaboración jurisdiccional entre los territorios para así desarticular las mafias u organizaciones que se encuentran detrás de estos casos. Una de las bases primordiales para desmontar este comercio esclavista consiste en la educación y concienciación que se debe realizar en aquellos países subdesarrollados y en donde predomina la pobreza, para así poder alertar y crear una alarma social. 

En España, el número de personas que se ven envueltas en la explotación sexual por trata de personas es cada vez mayor; y cuando logran desarticular una de estas organizaciones, aparecen más en todo el territorio. Las distintas asociaciones y los acuerdos adoptados en ámbito internacional contra la trata de personas juegan un papel fundamental en contra de estas, ya que lo más esencial es visibilizar el número de victimas que deja tras de sí este comercio esclavista del siglo XXI. Por aquello de lo que no se habla no existe, y aún queda mucho camino por recorrer para acabar con estos grupos organizados y los abusos que cometen.  

BIBLIOGRAFÍA

  • Obras consultadas
    • ONU: Asamblea General, Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, 15 de Noviembre de 2000
  • Artículos Consultados
    • UNESCO, LA RUTA DEL ESCLAVO: https://es.unesco.org/themes/promocion-derechos-inclusion/ruta-esclavo
    • Interpol, Tipo de Trata de Personas: https://www.interpol.int/es/Delitos/Trata-de-personas/Tipos-de-trata-de-personas
    •  FUNDACIÓN MUJERES POR ÁFRICA; “La vida y el Cuerpo de la Mujer no son una mercancía, no trafiques con ello”.https://mujeresporafrica.es/trafico-de-mujeres-y-esclavitud-sexual-dia-8/
    • THE GUARDIAN, “Illegal kidney trade booms as new organ is sold every hour” del periódico digital The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2012/may/27/kidney-trade-illegal-operations-who
    • ACAMS TODAY,” Tráfico de Órganos: La Forma Invisible de la Trata de personas” https://www.acamstoday.org/trafico-de-organos-forma-invisible-trata-de-personas/
    • AMAT VENDRELL, Ana. “Así funciona la trata de personas, la esclavitud del Siglo XXI” https://www.lavanguardia.com/vida/20190730/463762581928/trata-personas-esclavitud-siglo-xxi-dia-mundial.html

  • Páginas Webs Consultadas
    • https://www.aulafacil.com/articulos/cultura-hoy/comercio-triangular-atlantico-t2129
    • https://retos-operaciones-logistica.eae.es/el-comercio-triangular-y-su-impacto/
    • https://es.unesco.org/themes/promocion-derechos-inclusion/ruta-esclavo
    • https://enciclopediadehistoria.com/comercio-triangular/
    • https://ayudaenaccion.org/ong/blog/derechos-humanos/diferencias-trata-y-trafico-de-personas/
    • https://www.epdata.es/datos/trata-personas-mundo-datos-graficos/427
    • https://www.unicef.es/noticia/el-trafico-de-personas-especialmente-mujeres-y-ninos-en-africa-central-y-occidental
    • https://www.fiiapp.org/nigeria-es-uno-de-los-paises-origen-de-trata-de-seres-humanos-y-trafico-de-personas-mas-importante-del-mundo/
    • Información recopilada de la web de la Organización Nacional de Trasplantes: http://www.ont.es/informacion/Paginas/Trasplante.aspx